El día a día laboral nos reta a cumplir constantemente con plazos y objetivos procedentes de todas las direcciones. El jefe quiere una cosa, el departamento de finanzas nos pide otra, nuestro compañero necesita ayuda, debemos hacer el trabajo de otro compañero que ha caído enfermo, el cliente ha adelantado la fecha de entrega, no podemos seguir con nuestro trabajo hasta que el proveedor nos sirva… El tiempo se nos echa encima y a menudo llegar a tiempo a todo puede convertirse en una verdadera odisea. ¿Cómo podemos minimizar este riesgo de incumplimiento? ¿Conocéis la metodología de la Cadena Crítica? Os la presento:
*Imagen: www.targetaccounting.co.uk
A lo largo de todo proyecto o proceso productivo hay ciertos riesgos o incertidumbres que incrementan las probabilidades de provocar rupturas de stock, mermas o incumplimientos en el plazo preestablecido. No todas estas situaciones son intrínsecas a nuestro trabajo y procedimientos, pero lejos de ignorarlas debemos tenerlas muy bien identificadas para poder compensarlas y anticiparlas en caso de que sucedan.
Las empresas se encuentran con que el gran volumen de trabajo de cada proyecto o fase del proyecto se lleva a cabo en los últimos compases antes de la fecha de entrega o deadline. Y precisamente son este tipo de situaciones las que estudia la Cadena Crítica y trata de modelar para minimizar el riesgo.
Los empleados tienen tendencia a organizar su trabajo a lo largo de todo el periodo de tiempo que tienen disponible para realizarlo. Esto provoca que exista una falsa sensación de que no tienen tiempo para otra cosa y que todo su horario laboral está ocupado. Esta situación que se detalla en la metodología de la cadena crítica es lo que se denomina la Ley de Parkinson. Sobre estas bases, la cadena crítica busca reducir el tiempo que el empleado necesita para cada proceso desde el análisis objetivo de los requisitos temporales de cada fase, para que así la distribución que el empleado haga de su tiempo sea real en lo referente a la dedicación que necesita.
Si lo aplicamos a cada proyecto o fase, los empleados empezarán a ser más productivos ya que a final de mes habrán desempeñado más tareas en un mismo tiempo, sin necesidad por ello de caer en el estrés o la desesperación. Y es que la cadena crítica elimina los espacios improductivos, y no esencialmente reduce el tiempo asignado a cada tarea sin un estudio detallado del tiempo verdaderamente necesario.
Para más detalle, os dejo una guía interesante sobre el resto de beneficios y características de la Cadena Crítica.
Con todo ello, la cadena crítica minimiza el riesgo a no llegar a los plazos establecidos con clientes o demás stakeholders, ya que al no alargar el proceso y detectar las ineficiencias hace que se distribuya el trabajo de forma adecuada en el tiempo. Menos tiempo y más proyectos, ¿conocías el método de gestión de proyectos de la Cadena Crítica?
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