Uno de los principales retos el Big Data es la realización de perfiles de usuarios o clientes 360º que comprendan todos los aspectos relevantes para el negocio con una gestión de datos eficiente y orientada a los objetivos empresariales.
La realidad, sin embargo, dista en muchos casos de conseguir este anhelado usuario 360º sobre el que tener una información global de todos los datos necesarios para entender su comportamiento y segmentarlo de la forma que mayor valor añadido aporte a la empresa.
*Imagen: www.retailshakennotstirred.com
Una primera aproximación para muchas empresas es la configuración de perfiles en base a distintos buyer persona basados en la experiencia de la empresa o en los objetivos de perfil de cliente que esté esperando captar. La gestión de datos permite generar buyer persona a través de la información interna, comprendiendo cómo clasificar distintas tipologías y entornos sociales de cada cliente en grupos representativos. Por otra parte, si la empresa no dispone de la información necesaria se puede recurrir a una representación objetiva en base a perfiles deseados para captar en el tiempo y sobre los que emprender acciones determinadas y, ante todo, exclusivas para ellos.
Con todo ello, nos acercaríamos a lo que significa un usuario 360º sobre el que hacer una gestión de datos cualitativos y aquellos que identifiquemos para cualquier acción a lo largo del funnel de primera venta o el funnel de venta fidelizada.
El usuario 360º será, por lo tanto, aquel sobre el que se posea toda la información cualitativa pertinente para la empresa y que permita una segmentación pormenorizada de sus prioridades, deseos, realidad social y comportamiento que sirva para emprender acciones empresa/usuario adecuadas para cada caso.
No es un reto fácil, y por ello el Big Data suena cada vez más en empresas de todo tipo, alejándose de los prototipos de grandes corporaciones con infinidad de datos y aproximándose a otras empresas más modestas que desean clasificar y gestionar sus datos de forma cualitativa en base a objetivos de negocio que aporten un valor tangible y real al cliente, abandonando con ello la pura y masiva publicidad.
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